De sabios es rectificar

Mercedes Alexanco, madre de seis hijos: “A lo largo de mi vida he criticado muchísimo a la Obra”.

Soy Menenes, de Málaga...

Palos

A lo largo de mi vida he criticado muchísimo la Obra. ¿Por qué? No acabo de explicármelo. No sabía qué era y hablaba de oídas, diciendo cosas terribles. Y aunque mi madre, que vivía conmigo, era cooperadora, no me preocupaba por enterarme. Me dejaba llevar por los prejuicios, y obstaculizaba todo lo que podía, tanto de palabra –porque tenía una boca horrible– como de obra… 

Soy Menenes, de Málaga...

Un botón de muestra: mi marido, José Luis, que en paz descanse, se confesaba con un sacerdote de la Obra que le recomendaba libros de espiritualidad; y yo, en cuanto  los veía por casa, los escondía…

Y como sabía que mi nuera y mi yerno eran del Opus Dei, me metía con ellos… y de qué manera, porque un día mi hijo mayor, bastante contrario al Opus Dei, me dijo: “Mamá, no le digas esas cosas a Manolo, porque le vas a herir”. 

Lo criticaba todo y a todos: a los sacerdotes, a los no sacerdotes… Aunque no tenía motivo, porque el ejemplo cristiano de mi marido era formidable. Cuando llegaba por la noche, cansado, del trabajo, le preguntaba: - ¿Qué tal José Luís, como te ha ido en la consulta? – Estupendamente –me decía-: he tenido catorce visitas. - ¡Qué bien!, le comentaba yo.

- Bueno… trece han sido de personas necesitadas y una de pago…

… y caricias

Hasta que un día –y eso lo considero una gracia especialísima de san Josemaría- llegué a la iglesia de San Juan y me la encontré, cosa rara, completamente vacía. Di una vuelta y vi a un sacerdote en un confesionario. Me confesé y… ¡cuantas gracias hay que dar a Dios por el sacramento de la confesión! 

En 1994 fui a un curso de retiro. José Luís acababa de pedir la admisión en la Obra como supernumerario. Yo la pedí un año después, y mi hija pequeña, al año siguiente.

La gente me preguntaba: “¿pero, cómo? ¿Ahora eres tú de la Obra, con todo lo que has dicho!” Y yo les contestaba: “de sabios es rectificar”. 

'El ejemplo cristiano de mi marido era formidable'

De sabios es rectificar

En 1996, cuando vino  a Granada el Prelado del Opus Dei, se lo conté: 

-Soy Menenes y desde hace bastante tiempo, y por mal conocimiento de la Obra, la he criticado más de la cuenta… Gracias a Dios, ahora soy hija suya. Quiero aprovechar estos momentos para nuevamente pedir perdón y rectificar por todo el mal que haya podido hacer. Quiero que nos hable de cómo los cristianos tenemos que vivir la caridad no hablando nunca mal de nadie.

El Padre me dijo, con humor: “Hija mía, has hecho una confesión pública, pero no te voy a poner penitencia”; y me habló, con mucho cariño, de la necesidad de comprender a los demás, de ser personas de oración, de vivir la caridad, de cuidar la lengua... “Cuando es crítica – me dijo, sonriendo, aludiendo a lo que yo le había dicho- es siempre más de la cuenta…”.  

Y aquí estoy, gracias a Dios… gracias a Dios, a san Josemaría y a la oración paciente y callada, durante tantos años y años, de José Luís, mi esposo.

El santo a palos 

'Esta es la foto de mi Primera Comunión. Nos preparó San Josemaría'

Ahora al cabo del tiempo, me he enterado de que  aquel sacerdote joven que nos preparó en Madrid a las alumnas del Colegio de la Asunción para la Primera Comunión en 1932 fue… ¡san Josemaría! No recuerdo casi nada de él, salvo que cada día, al terminar la catequesis nos decía:

-Ahora vamos a rezar un avemaría… por el santo a palos.

Ese “santo a palos” era él. Verdaderamente recibió muchas contradicciones, muchos insultos y muchos palos a lo largo de su vida, que lo fueron purificando y santificando. Y algunos de esos palos se los di yo.

Y él, como todos los santos, ha intercedido ante Dios por mí, y ha respondido a mis palos, con la gracia y la caricia de una conversión.