De un Padre a sus hijos

"La fundación del Opus Dei". Libro escrito por John F. Coverdale, en el que narra la historia del Opus Dei hasta 1943.

El tono y el contenido de estas líneas reflejan el cariño de Escrivá por sus hijos en la Obra, un cariño que se muestra constantemente en sus cartas. Durante otro viaje escribió: “Cualquiera entiende al corazón: ¿queréis creer que, hasta última hora, anduve mirando a ver si llegabais antes de que arrancara el tren? Y ahora me queda el resquemorcillo de haber sido poco generoso con mi Señor Jesús, porque os dije que no vinierais a despedirme –y eso, siendo... ‘malo’, era bueno-, para después andar con el deseo de veros y de charlar unos minutos y abrazaros” [1] .

En junio, Fernández Vallespín, que había sido asignado al frente de Madrid, fue herido por la explosión accidental de una granada defectuosa. Tan pronto como recibió la noticia, Escrivá tomó un tren a Ávila y desde allí fue a un hospital próximo al frente, donde estaba siendo tratado de sus múltiples heridas. Poco después Escrivá se enteró de que el padre de Fernández Vallespín había muerto. En vista de la debilidad de Vallespín, y como no le sería posible asistir al funeral o visitar a su familia, decidió retrasar el momento en que se lo contaría. Algunos meses más tarde también se enteró de que le habían comunicado -equivocadamente, como luego se comprobó- que algunos otros miembros de su familia habían muerto. Escribió:

“Jesús te me guarde.

Mi muy querido Ricardo:

Acabo de colgar el teléfono, después de intentar inútilmente hablar contigo. El primer movimiento es ir a verte, con el autobús de mañana. No puede ser. Por eso, me decido a enviarte estas líneas.

¿A qué te voy a hablar de la participación que tengo en tu dolor, si todos tus dolores son dolores míos?

Supimos la muerte de tu padre (q.e.p.d.) casi cuando caíste herido. ¿Quién te iba a decir nada, entonces? Me limité a hacerle todos los sufragios que pude y a escribir (dos veces), para que estuvieran atendidos los tuyos económicamente. Otra cosa no se podía.

Las otras defunciones no las conocía: haré sufragios también. Dame tú los datos que sepas, y dime quién te las ha comunicado. De tu padre, se limitaban a decir: “falleció el padre de Ricardo, el 15 de abril”. Y nada más.

¡Cómo siento que no te pueda abrazar! Con el deseo, me pongo a tu lado, para decir al Señor: Fiat...

El pobre Josemaría querría decirte, sin llorar, que es ahora más Padre tuyo, si cabe.

Un abrazo muy fuerte y te bendigo” [2] .

[1] Ibid. p. 542

[2] Ibid. p. 348-349