Un obispo indonesio destaca, en Torreciudad, la presencia de "diálogo de experiencia espiritual" con los musulmanes

HUESCA (EUROPA PRESS)

El obispo indonesio de Surabaya, monseñor Vincent Sutikno Wisaksono, destacó en el santuario altoaragonés de Torreciudad la presencia de "diálogo de experiencia espiritual" con la población musulmana del país asiático.

Monseñor Vincent Sutikno Wisaksono, de 55 años, fue nombrado obispo de esta populosa diócesis en junio de 2007, y esta es la primera vez que se desplaza hasta nuestro país.

Monseñor Sutikno recorrió con detenimiento los distintos lugares del santuario de Torreciudad, pidió información sobre la atención pastoral que se presta al peregrino, y celebró la Santa Misa en el oratorio de la Sagrada Familia. Al terminar, con una amplia sonrisa, el actual obispo de Surabaya contestó amablemente unas breves preguntas que le planteamos.

El prelado expresó que "mi país tiene una gran población, más de 230 millones de habitantes. Es una sociedad mayoritariamente musulmana, en la que unos 10 millones de personas se declaran cristianas, la mitad de ellas católicas. Hablamos, por tanto, de una iglesia cuyos fieles apenas llegan al 2,2 por ciento del total de la población".

Sin embargo, "esta situación es de la que habla Jesús cuando compara el crecimiento del Reino de Dios con el efecto de la levadura en la masa. Para los cristianos indonesios, que somos sociológicamente una minoría, el desafío consiste en términos evangélicos en ser sal y luz del mundo".

En efecto, continuó, "somos pocos, pero nuestra fe nos llena de alegría, nos lleva a no desanimarnos. Cristo vino a traer la Buena Nueva, el Evangelio, y ese anuncio es el que da sentido a la vida del cristiano, a nuestras propias vidas".

Respecto a los recientes ataques que han sufrido algunos grupos de cristianos en la India, por parte de fundamentalistas islámicos, el obispo indonesio señaló que "existe una situación de coexistencia pacífica. Existe entre nosotros un diálogo de vida, un diálogo de obras de caridad, incluso un diálogo de experiencia espiritual, puesto que el musulmán es una persona con un arraigado sentimiento de criatura ante Dios y una actitud orante muy presente en su vida".

Sin embargo, expresó, "no hemos llegado a un diálogo doctrinal: las cuestiones teológicas básicas reflejan enseguida divergencias profundas que, de momento, impiden una reflexión conjunta en esta área".

El eco de la Jornada Mundial de la Juventud presidida por Su Santidad el Papa, Benedicto XVI, en la ciudad australiana de Sydney ha sido "muy grande, especialmente para los cerca de mil jóvenes indonesios que viajaron a Sydney para acompañar al Papa".

Les ha servido para valorar la importancia de la fe cristiana en su vida, para reflexionar sobre los valores evangélicos, indicó el prelado. "El mensaje de Benedicto XVI resulta exigente, pero la juventud es capaz de esforzarse por unos ideales, y el cristiano es el más deslumbrante de todos. En mi diócesis, por ejemplo, he notado entre las chicas y los chicos un renovado deseo de profundizar en la doctrina cristiana".

También señaló que "el fenómeno de la globalización ha extendido la secularización a nuestras sociedades, aunque quizá de un modo menos agresivo que el que veo en Europa". Por eso, "crece la presión para que el ámbito de lo público no se vea influido por una visión religiosa de la vida. En todo caso, frente a las falsas promesas de felicidad basadas en el materialismo y en el placer, contamos con una experiencia de la presencia del Señor Jesús en la vida de los cristianos, en su trabajo de caridad con los hermanos, que puede ayudar a Occidente".

En ese sentido, "me he propuesto en mi labor pastoral desarrollar una amplia formación doctrinal entre los jóvenes que les ayude a ser coherentes con su fe, que les permita descubrir el papel que tiene Jesucristo en su propia vida. Ser cristiano en Indonesia constituye una auténtica misión, una llamada, propiamente una vocación: la de anunciar el evangelio a todas las gentes. Quizá este empeño sí que podamos en el futuro contagiarlo al Viejo Mundo".

De España, señaló el obispo, "me ha llamado mucho la atención el carácter cálido y entrañable" de los españoles. En general son afectuosos y tienen buen corazón, indicó.

"Pero lo que más alegría me ha dado ha sido comprobar la solidez de la devoción mariana en esta tierra. Hay multitud de manifestaciones de cariño a la Virgen María en tantos pueblos y lugares, que causa enorme gozo comprobar su amplia difusión entre gentes de todas las edades y condiciones sociales", dijo.

Monseñor Vincent Suntikno mencionó "el privilegio que tienen ustedes de contar con un santo enviado por Dios, muy a propósito para la época moderna: San Josemaría Escrivá. Tienen una gran responsabilidad en conocer y difundir su mensaje de santificación de la vida ordinaria".