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Los cooperadores del Opus Dei son hombres y mujeres que, sin pertenecer a la Prelatura, ayudan en la realización de actividades educativas, asistenciales, de promoción cultural y social, etc., junto a los fieles del Opus Dei.
Los cooperadores pueden colaborar en esas iniciativas principalmente con su oración, y también con su trabajo o con la ayuda económica.
Reciben los bienes espirituales concedidos por la Iglesia a quienes colaboran con el Opus Dei: los cooperadores pueden lucrar algunas indulgencias, en unas determinadas fechas del año, observando las condiciones establecidas por la Iglesia y renovando, por devoción, sus obligaciones como cooperadores.
De la Prelatura del Opus Dei reciben, además, la ayuda espiritual de la oración de todos los fieles y la posibilidad de participar, si lo desean, en retiros, círculos, u otros medios de formación.
Para ser cooperador no se requiere una vocación específica. Por lo general, los cooperadores provienen de parientes, amigos, colegas y vecinos de los fieles del Opus Dei, o bien de quienes tienen devoción a san Josemaría, participan en los apostolados de la prelatura, o se interesan por la tarea de promoción humana y social que se realiza a través de las iniciativas apostólicas de los fieles del Opus Dei.
El vicario del prelado en cada país nombra cooperador o cooperadora a una persona, a propuesta de un fiel del Opus Dei.
Entre los cooperadores del Opus Dei hay católicos, cristianos de otras confesiones, y creyentes de otras religiones. Pueden ser cooperadores también hombres y mujeres no creyentes o que no profesan ninguna religión. Les une el deseo de participar y colaborar en las variadas iniciativas promovidas en beneficio de la sociedad, que están abiertas a todos.
Los cooperadores que lo desean participan en los medios de formación que proporciona la Prelatura del Opus Dei. Esta formación les estimula a profundizar en su vida espiritual, a amar con obras al Papa y a los obispos y a dar, personalmente, sin formar grupo, un testimonio consecuente con su vocación cristiana.
Muchas personas descubren en estos medios de formación la posibilidad de practicar y difundir en su propio ambiente uno de los rasgos fundamentales del espíritu del Opus Dei: la santificación del trabajo ordinario y de los deberes familiares y sociales.
También las comunidades religiosas pueden ser nombradas cooperadoras del Opus Dei. Esas comunidades —alrededor de 500, actualmente— cooperan con su oración diaria por la labor de la prelatura.