2007: 16 autorretratos

En el último día del año seleccionamos 16 testimonios publicados en esta web en 2007. Para ver cada relato completo haga "click" en el título.

Joven, joven

Mauricio Valenciano –panadero, obrero y ahora, empresario- hombre hecho a sí mismo, ha impulsado el empleo en su región, mediante la creación de una fábrica, para evitar que los jóvenes tengan que abandonar e pueblo. “En el Opus Dei –cuenta- nos recuerdan que como cristianos, no podemos mirar hacia otra parte ante los problemas ajenos. No nos dan la solución concreta; nos dicen: “reza y decide ante el Señor cuál va a ser tu respuesta, como cristiano, ante esa situación”.

Dile, dile

Dolores (Li) Morante, madre de familia, fue cantante en su juventud y artista de cine. Se hablaba de ella como “la sucesora de Carmen Sevilla”.  “Los discos, las películas, el mundo del cine… era un mundo fantástico, en el que una persona se puede santificar y encontrar a Dios". 

En el ancho mundo del langostino 

Juan Latorre vive en Burgos y se dedica a la venta del langostino, lo que le lleva a viajar por numerosos países por razones profesionales. “Esos viajes –cuenta- me permiten hacer amistad con muchas personas, de mentalidades, religiones y culturas muy distintas”.

Libretas y lápices de colores

Raymond Dyssyrama Takeli es padre de familia, trabaja en un colegio de Granada y ha creado de una ONG con la que ha construido un colegio para los niños de su pueblo natal en Togo. “En el Opus Dei –cuenta- me han hablado muchas veces de la responsabilidad personal de los cristianos en el campo de la justicia social”.

Sólo te tengo a ti

Pilar, Presidenta de una Asociación de Niños Maltratados, recuerda que su encuentro con el Opus Dei se produjo “en un periodo crucial de la mi vida. Y desde entonces el Opus Dei no sólo me ha ayudado a recobrar la fe, sino que me da la fuerza para seguir trabajando en este campo tan complicado y difícil, mucho más difícil de lo que pueda parecer a primera vista”. 

Profesor de profesores

Luis Borrallo trabaja en el Departamento de Desarrollo de la Universidad de Strathmore, en Kenia. Entre los programas que ha puesto en marcha, uno se dirige a los presos en las cárceles del país. En muchos reclusos “se produce un cambio de actitud muy positivo cuando advierten que hay sectores del “exterior”, de la sociedad, que están preocupados por su rehabilitación y futura reinserción social”.

 “Es cuestión de organizarse”

Carmen, madre de familia y dependienta de perfumería en unos grandes almacenes, cuenta que cuando conoció el Opus Dei “en lo espiritual estaba apagailla. Ahora he descubierto que puedes querer a Dios en cualquier momento del día y puedes ser feliz: no hace falta que te toque la lotería o esperar a tener grandes cosas. Como pongas la esperanza en esas cosas, no llegarás a ser feliz nunca…”

Una historia de "negocios”

Un joven empresario catalán, Martín Frígola, afincado desde hace veinte años en Costa de Marfil, habla de los diversos empeños que ha emprendido en su vida. En la actualidad está poniendo en marcha un colegio, con el deseo de ayudar al progreso del país.

De Holanda a Murcia: un recorrido humano y espiritual

Maria Vink, es una empresaria holandesa que vive en Murcia. Se dedica al asesoramiento internacional y es orientadora familiar. El Opus Dei –cuenta- “es `una organización desorganizada´ porque se funciona con mucha libertad; una libertad que está basada en el respeto, en la confianza y en la responsabilidad personal. Si, como holandesa que soy, me hubiera sentido coaccionada o presionada, no hubiera durado ni dos días en la Obra”

“Ledicia cativa” (Pequeña alegría)

Mercedes y José Manuel son los fundadores de la Asociación “Ledicia cativa”, que ha acogido en Galicia, durante los últimos 10 años, a más de 400 niños rusos afectados por el accidente de la central nuclear de Chernobyl. Cuentan que el espíritu del Opus Dei les ha llevado “a ser especialmente sensibles ante los problemas de los demás”.

“La alegría se puede disimular un rato, pero toda la vida no"

 

“He crecido –cuenta Eva Pons, una joven mallorquinal- en medio de un contraste entre muchos ambientes. Mis padres me llevaron a un colegio laico y luego a un instituto, y me han educado dándome siempre mucha libertad, animándome a complementar mi formación humana y cristiana en el club. He estado rodeada de muchos tipos de personas, estilos de vida... y entre ellos, con Dios por medio, he tenido la suerte de poder escoger lo mejor”.

Desde la tahona 

Victoria Torres Navalón, nació y vive en Mondéjar, provincia de Guadalajara (España) hace 72 años. Es panadera, tiene cuatro hijos y doce nietos. “En mi vida cristiana –cuenta- ha sido fundamental la ayuda espiritual que me da la Obra para realizar mi trabajo y atender a mi familia”.

Recuerdos de Oxford

Dancho Azagra, antiguo residente del Exeter Collegue de Oxford, se relaciona con mucha gente: arquitectos, clientes, contratistas, consultores… “Un compañero de trabajo protestante me preguntó cómo podía vivir “en cristiano” dentro del ajetreo de su vida profesional. Le hablé de las enseñanzas de San Josemaría, que consideran el trabajo como un camino de verdadera santidad con el que podemos transformar el mundo”.

Como en aquella novela de Julio Verne

 

Francisco Rodríguez Déniz, casado, funcionario de Correos, es un enamorado de su profesión: “sabes que en cada carta que llega a tus manos hay una persona detrás: alguien que ha puesto una ilusión, un sentimiento, una esperanza.... Hacer bien tu trabajo, lograr que esa carta llegue pronto a su destinatario, es contribuir a que esas esperanzas, esas ilusiones y esos sentimientos se hagan realidad”.

“En el trabajo en la prisión es importante comprender y no culpabilizar

Paloma Olavide, casada, madre de familia, es médico de prisiones y responsable sindical. Intenta en su trabajo, “lo mismo que con mis hijos, educar en positivo. “En mi trabajo actual todos conocen bien mis convicciones. Cuando me toca estar en las mesas de negociación, procuro que no haya gritos, que cada uno pueda exponer su postura, que se respeten las intervenciones de los demás…”.

La belleza que se tiene dentro se refleja en la cara

Miguela Escuín es "esteticien" y dirige un gabinete de belleza en Calanda. Casada y con dos hijos, cuenta que el espíritu del Opus Dei, “cambió mi forma de enfrentarme al trabajo  de cada día. A partir de entonces ya no trabajaba sólo la parteexterna -por decirlo de alguna forma- de mis clientes, porque me  había dado cuenta de que eran personas, con cuerpo y alma; y mi perspectiva se agrandó: se hizo más amplia y sobrenatural”.