CONCLUSIÓN

Libro escrito por Dominique Le Tourneau sobre la estructura y el espíritu del Opus Dei.

Se ha afirmado que la canonización supuso una “desprivatización” del fundador del Opus Dei: desde aquel 6 de octubre de 2002, día en que el Papa lo inscribió en número de los santos, Josemaría Escrivá de Balaguer dejó de ser una figura que concernía sólo a los fieles de la realidad eclesial que había fundado para entrar a formar parte del patrimonio común de todos los fieles de la Iglesia, enriqueciendo a todos los cristianos y a todas las personas de buena voluntad con su carisma y sus enseñanzas.

Se lee en el Decreto de la Santa Sede sobre las virtudes heroicas de San Josemaría —y con esas palabras concluimos este breve estudio sobre el Opus Dei—: “Entre la variedad de caminos de la santidad cristiana, la vía recorrida por el Siervo de Dios manifiesta, con particular transparencia, toda la radicalidad de la vocación bautismal. Gracias a una vivísima percepción del misterio del Verbo Encarnado, comprendió Mons. Escrivá de Balaguer que, en el corazón del hombre renacido en Cristo, el entero tejido de las realidades humanas se compenetra con la economía de la vida sobrenatural, convirtiéndose así en lugar y medio de santificación. Ya desde el final de los años veinte, el Siervo de Dios, auténtico pionero de la intrínseca unidad de vida cristiana , llevó la plenitud de la contemplación a todos los caminos de la tierra y llamó a todos los fieles, a entrar en el dinamismo apostólico de la Iglesia, cada uno desde el lugar que ocupa en el mundo.

Este mensaje de santificación en y desde las realidades terrenas se muestra providencialmente actual en la situación espiritual de nuestra época, tan solícita en la exaltación de los valores humanos, pero tan proclive también a ceder a una visión inmanentista que entiende el mundo como separado de Dios. Además, al invitar al cristiano a la búsqueda de la unión con Dios a través del trabajo —tarea y dignidad perenne del hombre en la tierra— la actualidad de este mensaje está destinada a perdurar, por encima de los cambios de los tiempos y de las situaciones históricas, como fuente inagotable de luz espiritual.

Regnare Christum volumus ” (“¡Queremos que Cristo reine!”). Ese es el programa de Mons. Escrivá: “poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas”: desde todos los ambientes y profesiones, su servicio eclesial ha provocado un movimiento ascensional de elevación hacia Dios de los hombres inmersos en las realidades temporales, conforme a la promesa del Salvador en la que el Siervo de Dios veía reflejado el núcleo del fenómeno pastoral del Opus Dei: “Et ego, si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad meipsum” ( Jn 12, 32). (“Y Yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré todo hacia Mí”). En esta cristianización ab intra (desde dentro) del mundo radica el valor de la contribución de Mons. Escrivá de Balaguer a la promoción del laicado. ( Decreto sobre las virtudes heroicas del Siervo de Dios Josemaría Escrivá de Balaguer, 9-IV-1990).