La creación como servicio

Alexander Zorin, un eminente intelectual y poeta ruso, de religión ortodoxa, reflexiona en este ensayo sobre las enseñanzas de Josemaría Escrivá

Sí; la creación es un servicio, un signo de la imagen y semejanza del Credor (Alexander Men). Pero es un servicio que se expresa de forma inmanente, y está condicionado por la libertad, una libertad secreta, no visible, afirmada como medio. Sí;  el artista es un maestro, un creador; pero el artista cristiano es, a la vez, maestro y aprendiz.

El gran artista alemán Alberto Durero hizo un cuadro con una representación de la Pasión. De esa imagen de la Crucifixión se puede aprender mucho. En ella se ve que los que se encargan de esa tarea son buenos profesionales. Trabajan de forma organizada, con arte, se dan consejos entre sí, están en los detalles. Durero los retrata poniendo toda su alma en  aquel trabajo, que llevaron a cabo con maestría... Se les ve trabajar con cuidado, con exactitud y responsabilidad, tan profundamente metidos en su trabajo que no se dan cuenta de lo que están haciendo. 

Para este tipo de profesionales irreprochables, gente “madura en el trabajo” (Esenin), el sentido de la presencia divina resulta una cosa extraña. Sin embargo, ¿qué vale el trabajo del que desgarra con un clavo los pies de Cristo? ¿qué vale el trabajo del otro, que da la espalda a Cristo crucificado? Tanto el uno como el otro pueden ser grandes maestros; pero no saben lo que hacen.