Destinatario

Alexander Zorin, un eminente intelectual y poeta ruso, de religión ortodoxa, reflexiona en este ensayo sobre las enseñanzas de Josemaría Escrivá

El poeta no escribe en el vacío. Su obra siempre tiene un destinatario. Toda creación es diálogo, porque en toda creación poética existe un interlocutor, como sucede en la oración. Algunos pensaran que los interlocutores naturales del poeta son los lectores de poesía, pero no son sólo ellos, sin olvidar que Beatriz no le contestó a Dante… El poeta tiene un interlocutor, que es Dios; es el destinatario más receptivo, el perito más docto en la materia. Él nos se pone en contacto con nosotros mediante dará un lenguaje misterioso.

Sólo en conformidad con los criterios de Dios, el poeta puede apreciarse rectamente a sí mismo: “Tú eres tu tribunal supremo, y sabes apreciar tu trabajo mejor que los otros”, dijo Puschkin. Solamente si el poeta está de acuerdo con la Instancia Suprema acertará en su propia apreciación. 

En mi ambiente profesional son frecuentes los peligros de la sub o sobre-estimación, porque el destello de los valores pasajeros, cuando los valores eternos no se manifiestan con suficiente plenitud, impide conocerse bien a sí mismo. Detrás de estos errores hay razones personales, y también razones objetivas que entorpecen el desarrollo de la autoconciencia nacional: razones históricas y  culturales.