Dudas

Alexander Zorin, un eminente intelectual y poeta ruso, de religión ortodoxa, reflexiona en este ensayo sobre las enseñanzas de Josemaría Escrivá

El artista, más que ningún otro hombre, tiende a dudar de la utilidad de su trabajo y de su creación. Con frecuencia se siente solo y piensa que no le escucha nadie. Puschkin considera al poeta como un eco fiel de los fenómenos vitales, que no recibe respuesta de ningún tipo. Verdaderamente, ese aislamiento interior puede darse, y sólo el saberse en la presencia de Dios puede salvar al poeta del fracaso y del “agujero negro” hacia el que tiende. 

Cristo mismo, en algunos momentos de su vida terrena, se encontró también completamente  solo. El Hijo de Dios sufrió el abandono, algo que humanamente es muy amargo. El poeta cristiano no debe olvidar este ejemplo, ni aquellas palabras del Salvador: En el mundo tendréis sufrimientos, pero confiad: yo he vencido al mundo. Porque dudar es algo propio del artista. Pero si el artista es cristiano, como dice Escrivá, encontrará siempre a Dios en su trabajo. 

Personalmente siento la presencia de Dios de manera particular cada vez que la obra que estoy componiendo me llena de alegría, por no decir de arrobamiento. Esos momentos son siempre momentos de felicidad y de oración. Como escribió Nona Slepokova, “los poetas rezan en verso”, y los que rezan acaban venciendo la soledad.