Josemaría Escrivá

Alexander Zorin, un eminente intelectual y poeta ruso, de religión ortodoxa, reflexiona en este breve ensayo sobre las enseñanzas de Josemaría Escrivá

En la primavera del año 1980, en una conversación familiar con sus parroquianos, el padre Alexander nos habló de Josemaría Escrivá, una figura que era entonces completamente desconocida para nosotros. A veces grabábamos sus pláticas en un magnetófono, y por suerte, hemos grabado una en la que decía:   

“Hace ya algunos decenios que existe en Occidente un movimiento llamado Opus Dei, Obra de Dios. Fue fundado por un portugués, Josemaría Escrivá. Este movimiento se está difundiendo ampliamente, por todo el mundo. Escrivá escribió un pequeño libro “Camino”, que es una compilación de aforismos. Espero que un día lo traduzcamos para que ustedes lo puedan leer.  Escrivá dice que ser cristiano no es vivir como un burgués, como un pagano, consagrar solamente unas dos horas los domingos para la elevación espiritual. Ser cristiano es serlo siempre, cada día, en las situaciones y cosas más habituales”.

Como se ve, las informaciones sobre el fundador del Opus Dei eran escasas e imprecisas: Josemaría Escrivá no era portugués, sino español; el Opus Dei no es un movimiento, sino una institución de la Iglesia. Estábamos en los años del Telón de Acero, en los que la literatura religiosa penetraba en Rusia entre grandes dificultades, sorteando muchos riesgos.