Umberto Farri, ejemplo de sencillez cristiana

Umberto Farri, uno de los tres primeros italianos en pertenecer al Opus Dei, falleció el pasado 12 de octubre. En el funeral, celebrado en Roma, Mons. Echevarría destacó su “sencillez cristiana”.

Juan Pablo II y Umberto Farri, uno de los primeros fieles del Opus Dei en Italia.

Umberto Farri conoció al fundador del Opus Dei en 1948, en Roma. A los veinte años, pidió la admisión en el Opus Dei. Su confianza en Dios, su buen humor y su carácter optimista han sido un gran apoyo para muchas personas en Italia y en todo el mundo.

En el funeral, Mons. Javier Echevarría agradeció a Dios los años que vivió con Umberto Farri: “He tenido la gran alegría de vivir varios años con Umberto. Siempre me llamó la atención su sencillez y espontaneidad, su lucha cristiana, sus ganas de rectificar... Su ejemplo animaba a tomar en serio la vida, y a encontrar a Dios con alegría en la vida diaria”.

Umberto Farri fue director de la primera iniciativa apostólica del Opus Dei en Italia: la Residencia Universitaria Internacional (RUI), con sede en Roma. Además, durante más de 30 años formó parte del Consejo general del Opus Dei, y en él tuvo la oportunidad de trabajar junto a san Josemaría y sus sucesores. 

Además, creó y durante cuarenta años dirigió el Istituto per la Cooperazione Universitaria (ICU), una ONG que promueve actualmente diversas iniciativas asistenciales y educativas en el mundo, actualmente en países como China, Kenia, Líbano o Colombia.

Mons. Echevarría destacó su deseo cristiano de mejorar el mundo: “En un mundo que intenta huir de Dios locamente, el cristiano –sin considerarse superior a los demás- está llamado a afirmar con constante optimismo el valor trascendente de la vida, y la posibilidad de vivir siguiendo el querer de Dios, Señor de la Historia. Umberto cultivó esta genuina sencillez cristiana, aprendida en la escuela de san Josemaría”.

'El fin de la vida de ‘quienes han vivido guiados por el Espíritu de Dios’ es en realidad el inicio'.

“El fin de la vida de ‘quienes han vivido guiados por el Espíritu de Dios’ es en realidad el inicio –continuó el Prelado-. Umberto fue uno de los primeros italianos en conocer el Opus Dei, y con la ayuda de san Josemaría conoció que somos hijos de Dios. Para el Fundador de la Obra –por una particular iluminación del Espíritu Santo- esta realidad era el fundamento de la vida espiritual. Recuerdo un momento que llamó la atención de Umberto, ya que lo contaba frecuentemente. Una vez, san Josemaría estaba con estudiantes universitarios, dialogando con ellos. De repente, dijo: “¿Sabéis porqué os quiero tanto? Porque veo bullir en vosotros la sangre de Cristo”.

“El Señor ha tenido en Umberto un instrumento apostólico eficaz. Tan eficaz como humilde: una humildad que se traducía en obras de servicio a los demás. Dotado de una gran inteligencia y gancho personal. No le importaba situarse en el último puesto, ‘como aquel que sirve’ (Lucas, 22,26), incluso cuando las limitaciones físicas eran ya muy visibles. Nunca dejó de querer y servir a los demás”.