Otro modo de leer "Camino"

Mª Teresa Burgoa es telefonista y técnico de Braille

"La vocación a la Obra ha cambiado mi vida. Antes de pertenecer al Opus Dei, mi trabajo, mis ocupaciones diarias eran para mí cumplir con una obligación o con un deber, cuyo resultado era el cansancio y a veces, incluso el hastío, el aburrimiento. Soy telefonista y Técnico de Braille (sistema de lecto-escritura para ciegos)…".

Efectivamente Mª Tere es ciega. Burgalesa, de un pequeño pueblo llamado Guzmán, perdió la vista a causa de un glaucoma infantil. A los 12 años salió de su entorno familiar para estudiar en Madrid, en un Colegio de la ONCE; hizo un curso de telefonía y trabajó en Pontevedra en otro Centro de la ONCE durante un par de años. Con estas experiencias regresó a Burgos: allí ha trabajado treinta años como telefonista en la ONCE y además imparte clases de Braille.

"Desde que pertenezco a la Obra afronto cada día con nueva ilusión, porque ahora sé que con las mismas actividades que antes me cansaba, puedo santificarme y santificar a los demás. Antes, tenía fe, creía en Dios pero quizá no sabía cómo relacionar la fe con la vida diaria. Ahora he aprendido a escuchar a Dios, y he comprendido que me quiere muchísimo. Sé que me exige porque me quiere y no quiere que sea simplemente buena, sino santa". El 4 de marzo del 2005 el prelado del Opus Dei, don Javier Echevarría, estuvo en Burgos y Mª Tere tuvo oportunidad de saludarle antes de uno de los encuentros que tuvo con un grupo de personas. El prelado le dio la bendición y le animó a sacar partido de su ceguera; "cuanta vida interior puedes tener", le dijo.

Cuando le preguntan como se encontró con el Opus Dei, se ríe a carcajadas… Fue a través de una de sus hermanas, cooperadora, que le grababa en cinta magnetofónica algunos escritos de San Josemaría Escrivá. Más tarde conoció a un sacerdote diocesano que le regaló Camino en Braille; después le presentaron a otra persona y fue a un centro de la Obra. Cuenta su historia como si todo hubiera sido sencillo… Parece un cúmulo de casualidades que le hicieron plantarse delante de Dios, descubrir su vocación, y decidirse a formar parte del Opus Dei. 

Como profesora de Braille es una experta. Esta actividad le mantiene en permanente contacto con gente joven: estudiantes de Educación Especial; jóvenes profesionales que trabajan con personas invidentes, etc. Mª Tere sabe que, además del sistema Braille, puede enseñarles muchos aspectos de la vida cristiana. Trata de hacer lo mejor posible su trabajo como profesora y, a la vez, procura mostrarles su alegría, trabar amistad, compartir inquietudes. Lo resume diciendo que “lo importante es que las personas se sientan tratadas con cariño”. A alguna le ha regalado Camino… quizá recordando que, en su caso, así empezó la historia de su vocación.